Algo más de la mitad de los españoles, un 52,1%, cree que la escuela de ahora es peor que la de su época, mientras un 47,1% piensa que es mejor. La opinión es aún más pesimista cuando lo que se les pregunta es cómo de preparados consideran que salen los alumnos respecto a cuando ellos estudiaban: un 55,2% responde que peor, y un 44,8%, 10 puntos menos, que mejor. Ambas respuestas forman parte de una gran encuesta, basada en 7.016 entrevistas, sobre la visión de la sociedad sobre el sistema educativo que la Fundación Cotec encargó a la agencia 40db y ha sido presentada este jueves.
La impresión que tienen los ciudadanos, advierte Cotec en su documento de conclusiones, no se corresponde con lo que dicen los datos al comparar la situación actual con la de las pasadas décadas, cuando las tasas de fracaso y abandono escolar temprano eran mucho más altas, y el nivel formativo de la población, mucho más bajo. La encuesta refleja también un enorme apoyo al aumento del presupuesto en educación, para lo que la mayoría de la población asegura estar dispuesta a pagar más impuestos.
Los resultados contienen importantes diferencias generacionales y territoriales. Los más optimistas son los jóvenes. El 68,9% de quienes tienen entre 16 y 24 años, y el 55,5% de los de 25 a 34, creen que la escuela de ahora es mejor que la suya (lo cual puede considerarse un poco paradójico en el caso de los de 16 que, si no han repetido, acaban de terminar la ESO). La segunda visión más positiva la ofrecen los mayores de 65 años: el 46,9% afirma que ahora es mejor, y el 53,1%, que ha empeorado. Y las franjas de edad más críticas son las intermedias, sobre todo, la de 45 a 54 años, que coincide en gran medida con los padres y madres de los actuales alumnos: el 61,8% juzga que es peor, y el 38,2%, que mejor.
Las diferencias por comunidades también son muy acusadas. Entre los navarros (el 60% opina que la escuela ha mejorado) y sus vecinos aragoneses (el 39%) hay un abismo de 21 puntos. Ninguna de las comunidades donde los optimistas son mayoría ―además de Navarra, País Vasco (58%), Canarias (52%) y Cataluña (51%)― están presididas por el PP, que está al frente de 11 de las 17 autonomías. En el lado de las más pesimistas figuran también Baleares (41%) y Murcia (42%).
A Ainara Zubillaga, directora de educación de la Fundación Cotec ―entidad sin ánimo de lucro de la que forman parte grandes empresas y organismos públicos―, los resultados no le han sorprendido, a la vista del tono del debate público en torno a la cuestión, aunque no comparte el paisaje que dibujan. “Yo no creo que tengamos un sistema educativo nefasto, ni mucho menos pienso que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero me parece que es un tirón de orejas para nosotros, como sector. Nos dedicamos a la pedagogía, pero algo no hemos sabido transmitir para que la población tenga estas opiniones, en las que se mezclan cosas”. La marcada división, casi a partes iguales, entre quienes creen que la escuela es mejor y peor que en su época no es ajena, sigue Zubillaga, “al marco de altísima polarización política” que vive España, en el que “la educación se usa de forma recurrente como arma”.
El documento de Cotec señala que, pese a la percepción negativa sobre el nivel educativo actual que recoge la encuesta, “los datos dicen exactamente lo contrario”, y pone dos ejemplos. En 1977, el 90% de la población adulta tenía un nivel formativo inferior a la segunda etapa de la educación secundaria —es decir, a lo que hoy día sería el bachillerato y la formación profesional de grado medio—, y ese porcentaje ronda ahora el 35%. Y mientras hacia 1990 el abandono escolar temprano alcanzaba a casi la mitad de los jóvenes, el año pasado se había reducido al 13,6%.
La encuesta analiza un tercer factor diferenciador sobre la opinión que los españoles tienen de la escuela. Entre quienes tienen niveles educativos bajos —los que obtuvieron como mucho el antiguo graduado escolar, que se daba al término de la EGB, o, en términos actuales, quienes aprobaron como máximo segundo de la ESO—, el 55,9% cree que la educación ha mejorado. Entre quienes completaron como mucho el bachillerato o una FP de grado medio, la opinión se divide casi a la mitad (49,5% frente a 50,5%). Y entre quienes tienen estudios superiores el porcentaje se reduce al 44,6% (para quienes obtuvieron diplomaturas y títulos de FP de grado superior) y al 43% (licenciaturas, grados, másteres y doctorados).
Pese al empacho de reformas que podría considerarse que ha vivido España en las últimas décadas, el 75,4% de los ciudadanos considera “urgente una transformación del sistema educativo”. La inmensa mayoría, un 87,5%, defiende aumentar el presupuesto en educación. Y, lo que es probablemente más significativo, un 55,6% asegura que estaría dispuesto a pagar más impuestos para que dicho incremento se llevara a cabo. Donde más dispuestos estarían a ello sería en Extremadura (64%), Asturias (60%), Galicia (60%) y Euskadi (59%). Y entre quienes menos, con el 52%, Castilla-La Mancha, Aragón, Baleares y Cataluña.
Cuando se les pide identificar en qué sentido ha empeorado la escuela, el 74,2% considera que ahora asisten a ella “alumnos que no quieren estar” y que eso “dificulta el aprendizaje del resto”. Una proporción casi idéntica, 74,1%, opina que ahora “no hay disciplina” y que “el alumnado no respeta al profesorado como antes”.
Entre los encuestados que son docentes o tienen empleados vinculados al sistema educativo ―como “profesionales del trabajo y la educación social” o “cuidadores de niños en guarderías y centros educativos”―, que suponen el 9% de los participantes, la opinión de que ahora hay estudiantes que no quieren estar en las aulas y no dejan aprender a los demás aumenta todavía más, hasta el 79,6%.
Los profesionales de la educación tienen en general, sin embargo, una opinión más positiva sobre el sistema. El 51% cree que la escuela es hoy mejor; el 70%, que el profesorado está mejor formado (cuando en la población general lo opina el 60%); el 74%, que el ambiente escolar es más cercano y participativo (frente al 61%), y considera en mucha menor medida que ahora la “escuela adoctrina entrando en cuestiones del ámbito familiar” (36% frente a 48,4%).
El documento de Cotec destaca que el rendimiento académico del alumnado “se percibe como un fenómeno individual”. Es decir, que a la hora de señalar qué factores influyen en que los estudiantes logren buenos resultados educativos, los españoles conceden muchísima importancia al hecho de que cuenten con “buenos profesores” (92,3%), así como a su “esfuerzo personal” (91,7%), sobre lo cual caben pocas dudas. Pero, en cambio, conceden una importancia injustificadamente menor (si se tiene en cuenta lo que refleja la investigación educativa) a elementos como que los niños pertenezcan a hogares de nivel económico y cultural medio y alto, que es apuntado por el 55%.
Los ciudadanos consideran también que influye en el rendimiento, en orden decreciente, “el apoyo y la implicación de la familia” (91,7%); tener buenos compañeros de clase (87,4%); “contar con referentes y modelos de éxito educativo en su entorno cercano de familia y amigos” (79,1%); acudir a un centro público (55%), e ir a uno concertado o privado (38,6%). En este último punto, existe una notable diferencia entras las respuestas de la Comunidad de Madrid (donde el porcentaje alcanza el 44,9%) y Cataluña (42,3%), de un lado, y las de Galicia (28,6%) y Baleares (29,8%), del otro.
En qué falla la escuela
Para casi la mitad de los españoles (48,7%) la función más importante que cumple la escuela es “transmitir conocimientos”, a mucha distancia de la siguiente (18,3%), que es “preparar para ejercer una ciudadanía responsable y crítica”. El 56,2% de la población cree que la escuela no responde a las necesidades de la sociedad. Y de ese grupo, el 54,2% opina que falla por “no formar adecuadamente en habilidades sociales, como la comunicación, el trabajo colaborativo, la empatía, el liderazgo, la capacidad para innovar, el emprendimiento…”.
Zubillaga observa algunas contradicciones en las respuestas de los entrevistados. Como en el hecho de que, de un listado de 12 elementos a mejorar dentro del sistema educativo, el más señalado sea “reducir los niveles de fracaso escolar y abandono educativo temprano” (lo elige el 57,7%), y el menos, “reducir la repetición de curso” (13,5%). “Es una prueba clarísima del desconocimiento que existe entre dos fenómenos que están muy relacionados. A eso me refiero cuando digo que no hemos sabido hacer pedagogía de nuestro trabajo”.
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