Un coro de mil voces contra la depresión | Sociedad

La música puede resultar un bálsamo para combatir el estigma y la soledad que aún rodean a los problemas de salud mental. Esa es una de las conclusiones que extrae Jesús Artal, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, un profesional de larga experiencia en el tratamiento de una enfermedad “que ya es la principal causa de discapacidad en el mundo”. Y una de las herramientas más eficaces para hacerle frente es a través de la música: “Usted tiene que cantar en un coro dos veces a la semana”, suele recomendar el especialista a sus pacientes. Según la OMS, España es el cuarto país de Europa con mayor prevalencia de la depresión, y sin embargo, como la salud mental en general, sigue siendo un problema de salud pública en gran medida oculto.

Uno de los objetivos del Día Mundial de la Salud Mental que se celebra cada 10 de octubre es precisamente visibilizar las enfermedades mentales. Más de 2.000 asistentes entre, integrantes del coro La Voz del Paciente, la cantante Nena Daconte y asociaciones vocales de otros puntos de España lo han hecho en un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid. La iniciativa, bajo el título 1.000 cantando por la depresión, estaba promovida por la compañía farmacéutica Janssen, la Fundación ANAED, que ayuda a personas con depresión, y la aplicación de música Singerhood, y ofreció un repertorio de temas musicales clásicos y de los años 80.

La depresión afecta en España a entre dos y cuatro millones de personas, y a 300 millones en todo el mundo

Esa combinación heterodoxa, con piezas de Mozart o Händel y temas de Mecano o la propia Nena Daconte, refleja el espíritu con el que nació La Voz del Paciente en 2019. En el coro participan pacientes, familiares, profesionales sanitarios, voluntarios y empleados de Janssen. Todos unen sus voces para interpretar la misma música, de la misma manera que todos son necesarios para combatir el estigma que todavía rodea a las enfermedades mentales. Cada individuo puede ayudar en algo a quien sufre un problema de salud mental. “La familia, los amigos y los compañeros de trabajo debemos contribuir para la recuperación de la persona afectada”, señala José Ramón Pagés, coordinador nacional de la Fundación ANAED. Para los pacientes, este proyecto es una motivación, una manera de convivir y establecer unos vínculos muy especiales con otras personas con las que se comparte el amor por la música, combatiendo así la sensación de soledad.

El testimonio de referentes sociales como Nena Daconte, que pasó por una depresión hace años, es especialmente importante para visibilizar el problema.

Cómo impacta la depresión

Hablar de la prevención y el tratamiento de enfermedades como la depresión o la esquizofrenia es una prioridad, según los especialistas. La depresión afecta en España a entre dos y cuatro millones de personas, y a 300 millones en todo el mundo. Es una enfermedad que reduce en 12 años la expectativa de vida en los hombres y 10 en las mujeres. Las cifras dan idea de un problema de salud pública de primer orden que repercute en el ámbito personal, familiar, social y económico. Es una de las principales causas de baja laboral y está estrechamente relacionada con una lacra como el suicidio, que en nuestro país acaba con la vida de 4.000 personas al año.

“Detrás de casi todos los suicidios consumados existe un trastorno mental grave, fundamentalmente la depresión”, apunta Jesús Artal. La literatura científica estima que el plazo de mayor probabilidad de quitarse la vida se sitúa en los 90 días siguientes al inicio de un periodo depresivo. Por tanto, un factor clave en la depresión es el diagnóstico precoz cuando el principal rasgo de la enfermedad, la tristeza patológica persistente, junto a otros síntomas, como el cansancio, el insomnio o la desmotivación sexual, se instalan en la persona. Sin embargo, esta intervención temprana no siempre se produce, señala el doctor Artal: “Un problema añadido es que muchas veces no se pide ayuda o se hace de forma tardía, y con frecuencia el entorno tampoco le da la importancia debida”.

Detrás de casi todos los suicidios consumados existe un trastorno mental grave, fundamentalmente la depresión

Jesús Artal, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander

Aunque cada vez se habla más de la depresión, el estigma sigue estrechamente relacionado con la enfermedad y con otros trastornos de salud mental. “La mejor manera de luchar contra ella es la información”, considera José Ramón Pagés. Desterrar el estigma es un reto colectivo y pasa, según los especialistas, por darle a patologías como la depresión la trascendencia que tienen y hablar de ellas igual que se habla de otras enfermedades. “Es una realidad que nos concierne a todos, no hay salud sin salud mental”, asegura David Beas, director de Asuntos corporativos de Janssen España.

El testimonio de referentes sociales en sus respectivos ámbitos como Nena Daconte, que pasó por una depresión hace años, es especialmente importante. Demuestra, en primer lugar, que es una enfermedad que puede afectar a cualquiera: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, figuras de éxito y personas anónimas, gente con pocos recursos o con muchos ingresos. En segundo lugar, resulta valioso porque muestra que recuperarse de una enfermedad grave como la depresión es posible. “El objetivo no es reducir los síntomas, sino volver a la normalidad”, señala Jesús Artal.

Contribuir a cambiar la vida de las personas que sufren una depresión implica apostar por la innovación farmacéutica, por destinar recursos asistenciales suficientes y ágiles para atender a los pacientes y a su entorno, así como por otras intervenciones que contribuyen a un tratamiento integral de la enfermedad. En ese ámbito se sitúa la iniciativa del coro La Voz del Paciente.

Según muchos expertos, la música tiene efectos ansiolíticos, aumenta la sensación de placer, reduce el estrés y disminuye las vivencias de aislamiento y soledad.
Según muchos expertos, la música tiene efectos ansiolíticos, aumenta la sensación de placer, reduce el estrés y disminuye las vivencias de aislamiento y soledad.

La música une

El título de uno de los temas que interpretó Nena Daconte en el concierto del Auditorio Nacional, Tenía tanto que darte, refleja lo mucho que la música puede aportar a las personas que pasan por una depresión. Un rasgo característico de quienes la sufren es que pierden la capacidad de disfrutar, se aíslan socialmente y la tristeza cava en ellos cada vez más hondo. La música es un elemento más que puede ayudar en la recuperación. Jesús Artal considera que cantar “constituye un estimulante integral y, hacerlo en grupo, todavía más”.

Entonar Love me do, de los Beatles, Enamorado de la moda juvenil, de Radio Futura, o Me cuesta tanto olvidarte, de Mecano, resulta catártico, y puede tener efectos beneficiosos en el estado de ánimo. “La música tiene efectos ansiolíticos, aumenta la sensación de placer, reduce el estrés y disminuye las vivencias de aislamiento y soledad”, explica el especialista del Hospital Marqués de Valdecilla. Además, en el caso de los integrantes del coro La Voz del Paciente no han tenido que pasar ningún casting, lo de cantar bien es lo de menos. “Representa un punto de encuentro y disfrute de pacientes, familiares, profesionales y otras personas, y las musas aparecen de cuando en cuando”, señala Marcos Castán, director musical de Singerhood, la app especializada en facilitar los ensayos a un coro.

By Jenifer Sandoval

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