La reciente llegada a la Major League Soccer (MLS) de estrellas como Sergio Busquets o Jordi Alba incrementó la presencia de jugadores españoles en la liga norteamericana y giró más los focos hacia una competición donde ya militaba al menos una docena de futbolistas ibéricos. La mayoría de estos jugadores dieron sus primeros pasos profesionales en Europa y después llevaron su carrera al otro lado del Atlántico, desde el joven Riqui Puig (24 años), exjugador del Barça fichado por el Galaxy en 2022, hasta el veterano Andreu Fontás (34 años), también canterano azulgrana, que juega en el Sporting Kansas City desde 2018. Caso contrario es el de Alonso Coello (Madrid, 24 años), mediocentro titular del Toronto FC que, a diferencia del resto, realizó la última etapa de su formación en Estados Unidos y dio el salto a la máxima categoría desde el fútbol universitario de aquel país.
La andanza de Coello en el continente americano comenzó con una beca que se ganó a los 18 años para estudiar Economía en la Florida Atlantic University. Fue entonces cuando el madrileño, que había pasado once años formándose entre las inferiores del Atlético y del Rayo, decidió dar un giro completo a su vida. “Decidí irme a EEUU porque me ofrecían la oportunidad de seguir jugando al fútbol sin tener que dejar los estudios, algo que en España es muy complicado compatibilizar cuando se llega a cierto nivel más competitivo, porque tienes que elegir una de las dos. Aquí todo el sistema de competencia está elaborado para potenciar el deporte universitario y para que no tengas que elegir”, explica sobre su decisión en una conversación con EL PAÍS.
De esta manera, Coello empezó a mostrar su talento jugando para los Florida Atlantic Owls, el equipo de la universidad, mientras también se aseguraba un título académico en caso de que su objetivo de dedicarse al fútbol no saliera de la mejor manera, un colchón para el futuro que sus padres insistieron en que tuviera. Se graduó en diciembre de 2021, unos meses antes de que el Toronto FC lo buscara para que se uniera a la pretemporada del segundo equipo, un modus operandi común en los clubes de la MLS, competición que agrupa a equipos de Estados Unidos y Canadá. Estuvo probándose por unas semanas hasta que le ofrecieron un contrato con el Toronto II en 2022 y finalmente subió al primer equipo en marzo de 2023, mismo mes en el que cumpliría el sueño de su vida: debutar como futbolista profesional.
Después de un lustro de jugar fútbol en Norteamérica, Coello ha sido testigo del crecimiento de la MLS como competición, algo que, en sus palabras, se ve temporada tras temporada: “De un año a otro ya puedes ver que el nivel ha subido respecto al año anterior”, señala. Además, atribuye que el salto de calidad de los últimos tiempos se debe no solo a los fichajes de superestrellas por parte de algunos clubes, algo que no es nuevo desde que David Beckham fichó por el Galaxy en 2007, sino a la mejoría general del grueso de futbolistas que conforman el campeonato. “Obviamente, la llegada de jugadores de nivel mundial ayuda mucho a que la liga tenga más visibilidad y exposición, pero no solo son esos jugadores los que hacen que el nivel sea mayor, sino que hoy el nivel del jugador promedio de la MLS es mucho más alto que el nivel medio de hace cinco años”, apunta. Eso que Coello señala es lo que engrandece el presente de la MLS, una liga que en los últimos 17 años ha visto pasar a jugadores como Thierry Henry, Andrea Pirlo, Kaká, David Villa, Zlatan Ibrahimovic o Gareth Bale, sin que el nivel haya sido tan alto como ahora.
Esto tiene que ver sobre todo con la inversión que los clubes norteamericanos han destinado al fortalecimiento del fútbol base, lo que ha provocado que las propias academias de los equipos de la MLS ya puedan ser capaces de sacar jugadores competitivos de origen local. Algo que puede verse reflejado, por ejemplo, en la presencia de Canadá en el pasado Mundial después de 36 años de no clasificarse a la máxima competición internacional de selecciones. O en el título de la Liga de Campeones obtenido en 2022 por el estadounidense Seattle Sounders, que se convirtió en el primer equipo de la MLS desde el 2000 en alzarse con el trofeo regional, generalmente en manos de clubes mexicanos.
Coello ha experimentado este desarrollo desde dentro: “Todos los clubes de la MLS han estado durante años trabajando conjuntamente en fortalecer la imagen de la liga y se han enfocado en trabajar mejor en las categorías inferiores. Ponen muchos recursos en asegurarse de que ya no solo están trayendo buenos jugadores de Europa, sino que ahora los formen en sus propias academias”. Es dentro de ese ecosistema, en un fútbol que él describe como “mucho más físico y directo” que el español, donde Coello destaca por precisamente su escuela ibérica: “El futbolista español aquí destaca, no por lo físico, sino por la lectura de juego y la técnica en la ejecución de algunas acciones. A mí por ejemplo me piden estar en contacto con el balón, dictar el juego y mantener el tempo de los partidos”, explica el mediocentro madrileño, que comparte vestuario con jugadores como Lorenzo Insigne o Federico Bernardeschi, y que ya se apuntó su primera asistencia de la temporada el pasado domingo 17 de marzo frente al New York City.
Finalmente fue en Miami, a más de siete mil kilómetros de su tierra natal, donde Coello vivió otro de sus sueños: compartir un terreno de juego con Lionel Messi. “Yo crecí en los años en los que Messi dominó el fútbol durante 15 años, entonces tener la oportunidad de poder jugar contra él o contra Busquets fue una experiencia inolvidable, que disfruté muchísimo, y que va a estar conmigo toda la vida”, relata quien no esconde su deseo de volver a Europa en un futuro: “Soy una persona competitiva y, si bien la MLS está creciendo mucho, me gustaría algún día poder estar expuesto a jugar contra los mejores y, ahora mismo, eso es en España o en Inglaterra”.
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