Irene Paredes, tras ganar la Nations League: “Hace un año nadie daba un duro por nosotras y mira qué seis meses llevamos” | Fútbol | Deportes

A una Montse Tomé impasible, tranquila, dice ella, le pidieron minutos después de ganar la Nations League un consejo para todas esas niñas que estaban en las gradas de La Cartuja. Eran muchas. Y Tomé les aconsejó que disfrutaran de lo que les gusta. Si lo que les gusta es el fútbol, apuntó, que sepan que es “un magnífico elemento socializador”. De eso va esta España. De encontrar la felicidad con la pelota. De que también puedan vivir de ello las mujeres. De romper barreras a balonazos. Y hacer gozar al espectador con el mejor fútbol. Y de eso saca pecho la seleccionadora nacional.

De eso y de poder dirigir un proyecto al que le queda mucha historia que escribir. No hay más que mirar a Vicky López, talento a borbotones en un cuerpo menudo. “Tenemos un presente y un futuro muy bueno. A Francia nunca habíamos conseguido ganarle; sabíamos lo que nos podía hacer en cuanto a transiciones. Tiene muy buenas jugadoras y mucho potencial. Y no hemos dejado que tirara a portería. Eso es mérito de nuestras futbolistas. En España hay jugadoras que tienen el poso y la experiencia. Otras con juventud. Y eso genera una mezcla muy buena de ambición y mentalidad ganadora”, señalaba Tomé, que se frota las manos al ver que les puede sacar “el máximo potencial”.

“Hace un año nadie daba un duro por nosotras y mira qué seis meses llevamos. Es brutal”, declaraba Irene Paredes, capitana, la mujer que levantó la copa ante sus compañeras, recuperado el brazalete de capitana. “Había ganas de celebrar. Tenemos mucha hambre y ganas de seguir ganando”, añadió. “Estoy orgullosa de que España vuelva a ganar, a jugar bien, hemos vuelto a hacer historia. Muy pocos apostaban antes por nosotras, pero hay otros que tienen claro que hemos venido para quedarnos y que trabajamos para que el fútbol femenino siga creciendo”, se sumaba Jenni Hermoso, feliz de compartir ese éxito con sus amigas Paredes y Putellas. “Hoy vamos a disfrutar mucho después de todo lo que tenemos acumulado. Nos merecíamos levantar un titulo las tres bien cerca. Eso quiere decir que hemos hecho las cosas bien, porque seguimos defendiendo esta camiseta y ganando títulos”, asumió Hermoso.

“Es increíble lo que hemos conseguido. Parece fácil, pero este equipo sigue con una ambición tremenda. Este equipo no tiene techo, ahora vamos a por los Juegos”, decía Aitana al acabar el partido. No es la única que miraba hacia el futuro. También lo hacía Mariona, que enfocaba, como todas, a París, donde perseguirán la triple corona en menos de un año: “Estamos aquí para quedarnos, estamos luchando para conseguir más títulos”.

Discreta la entrenadora, por su parte, no reivindicó más que su felicidad y la de su equipo, la de su familia, si acaso, esa que sufre cuando las cosas se enturbian. Como se enturbiaron en verano, tras el Mundial y a su llegada al cargo, como sustituta de Jorge Vilda. “Siempre estuve tranquila. En septiembre las cosas estaban raras, lo afrontamos e intentamos resolverlo para pensar en el fútbol lo antes posible. Soy una persona muy tranquila, confío mucho en el trabajo, es lo que me da confianza. Eso, unido al grandísimo talento que podemos manejar hace que este sea un día feliz. Tenemos que disfrutar”, se repetía.

No se olvida de aquellos días casi nadie. Ni siquiera Markel Zubizarreta, que todavía no había asumido el cargo como director de fútbol de la selección cuando acudió a la concentración en Oliva de la que salió el primer acuerdo para volver a rodar. “Que ese grupo humano haya pasado de eso, de aquel contexto, a lo que se ha conseguido, sinceramente, es bestial. Aunque no estuve en el Mundial ni quiero decir que esto sea más que ganar un Mundial, el crecimiento personal como grupo que conlleva este título es una barbaridad”.

Pero septiembre, decía Tomé, queda muy lejos. “Me gusta centrarme en lo bueno, soy una persona positiva. Este cuerpo técnico y esta selección me ha aportado mucho. Lo que ocurrió en septiembre nadie lo quiso, pero fue un aprendizaje, nos hizo ser el equipo fuerte que somos ahora. Me quedo con el magnífico juego que hace este equipo y con que todos los espectadores puedan seguir disfrutando de nosotras”.

Lo hicieron los 32.657 aficionados que no dejaron de animar ni un minuto. Y eso lo sintió el equipo. “El ambiente de hoy ha sido espectacular. Piel de gallina. Tener esa sensación de conexión en casa es muy bonito. Estamos muy contentas de poder celebrarlo con ellos y con nuestras familias”, declaró Laia Codina, que mira hacia el próximo verano: “El techo no sé dónde está, veremos en los Juegos Olímpicos y si hacemos tres de tres. Este equipo lo puede hacer”.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

By Jenifer Sandoval

Te puede interesar