Nos dirigimos a nuestro destino de vacaciones y, de repente, el GPS del móvil muestra el trayecto con una línea naranja o roja, cuando antes aparecía en verde. Nos hemos encontrado con retenciones de tráfico, que ha sido marcado con exactitud por apps como Google Maps, Mapas de Apple o Waze. ¿Cómo pueden predecir con tanta fiabilidad la velocidad de la circulación o la presencia de atascos? La respuesta está en los propios usuarios y en la información que envían, en ocasiones sin saberlo, a estos servicios.
Google Maps: IA y datos de los usuarios. La aplicación de mapas de Google es, sin duda, una de las más populares entre los usuarios: con motivo de su 15 aniversario en 2020, la empresa anunció que ya la utilizaban nada menos que 1.000 millones de personas en todo el mundo. Para conocer el estado del tráfico ofrece dos opciones: la primera es explorar el mapa sin necesidad de indicar ninguna ruta ni desplazamiento (para ello debe estar activa la capa de tráfico, eso sí); y la segunda es elegir un destino. En ambos casos, un código de colores indica la densidad de coches que circulan en la carretera: si se muestra verde no hay retenciones, en naranja hay una densidad media y, cuanto más rojo, más lenta es la circulación.
Para saberlo, se basa en dos tipos de información. En primer lugar, y gracias a la inteligencia artificial y las técnicas de machine learning, analiza los patrones históricos de tráfico en las carreteras: ese análisis puede mostrar, por ejemplo, que en la M-40 de Madrid los vehículos circulan normalmente a una velocidad de 100 km/h entre las 10 y las 11 de la mañana, pero solo a 60 km/h entre las 8 y las 9. Luego, combina todo ese conocimiento con la información que le envía en tiempo real cada smartphone que está en ese momento en la carretera, y que muestra dónde se encuentra, la velocidad a la que circula, etc. Todo de forma anónima.
Mapas de Apple: avisa a Siri. Los usuarios de iPhone tienen instalada por defecto la app de Mapas de Apple, caracterizada por su sencilla interfaz, en el sentido de que muestra mucha menos información a simple vista que Google Maps (aunque esa información también está, solo hay que buscarla). Esto ocurre con el seguimiento del tráfico en carretera, que no aparece por defecto: para acceder a este servicio hay que seleccionar la navegación en coche o satélite y establecer una ruta. Así, muestra en color azul los tramos con tráfico fluido, en amarillo los lentos y en rojo las retenciones.
Además, si un conductor se encuentra con cualquier problema en la carretera (atasco, accidente, obstáculo…) que no está marcado en el mapa, puede avisar de manera inmediata recurriendo a Siri y a la voz diciendo algo como “Oye, Siri, hay un accidente”. De esta manera, no es necesario tocar para nada el dispositivo móvil. La información que se envía a los servidores de Apple es totalmente anónima y no va asociada a la identidad del usuario, asegurando su privacidad.
Un detalle muy interesante con respecto a las funciones de esta app: con la próxima actualización de Mapas (que Apple lanzará este otoño), los usuarios de un vehículo eléctrico podrán consultar la disponibilidad de estaciones de carga en tiempo real, filtrada por red de carga o por tipo de conector.
Waze: usuarios voluntarios. Más de 150 millones de personas utilizan la app Waze como principal GPS desde el móvil cada mes, según los datos de la propia herramienta. Y de todos ellos, 50.000 se han convertido en voluntarios que colaboran de forma activa con la herramienta para que los mapas estén actualizados y pueda mostrar los avisos de retenciones y accidentes al indicar una ruta o, simplemente, al explorar un mapa. Así, cada vez que un miembro de la comunidad envía un reporte a través de la app, lo recibe uno de los voluntarios de su ciudad (conocidos como editores de mapas), que lo actualizan en tiempo real.
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